En un mundo de medios donde lo sustancial pasa a medias o no pasa, para descubrir hasta qué punto es uno coautor de sí mismo y dónde empieza colegiblemente su propio curso de obra, colector mediante, no hay sino arremangarse, meterle mano hasta el codo y sacar lo que se pueda hasta que fluya como de suyo lo más propio hacia los demás. Como en otros grandes descubrimientos lo mío fue por azar, pero hoy tengo que recomendar a cualquier coautor de este texto que como colector empiece a cagar en cubo. Y que no use el mío, los hay muy baratos de tipo chino e igual de colegibles, sólo que más reciclables.
Comments are disabled for this post